BLOG

lunes, 30 de abril de 2012

Nos Cuesta Ser como Deberíamos Ser

comentarios








Cuando voy en busca de mis escritos de hace un tiempo atrás y al leerlos
nuevamente me doy cuenta que hay varios hechos que se repiten a través del
tiempo. Por lo negativos de varios de ellos nos cuesta entender que no hemos
aprendido la lección para ser como deberíamos ser. 


Principalmente mejorar como personas ante los demás, especialmente ante nuestros conciudadanos en situación más vulnerables.


Sin más que decir, con la fraternidad de siempre, les dejo mis escritos a sus
consideraciones, los cuales escribí hace unos años.





¡Que Vivan Los Niños!



A pesar de tantas habidas estupideces que hacen insoportable a nuestro diario vivir, la vida, considerablemente sigue su curso con la incansable esperanza que ellas, algún día, se acabarán para alegría de todos. Aunque aquellos, para mantenerse vigentes, harán lo imposible para causarlas y, como lo he dicho siempre, los judas después que acusan se lavan las manos como Pilatos.


Pero la culpa es nuestra de soportarlos, aunque también hay que ser razonables. Pues, ¿a dónde vamos a elegir a alguien que no sea estúpido
o cínico, si hay tan poco para elegir? Somos un país pequeño, donde andamos
a tropezones con los demás. Ni el reciclaje nos serviría; ya que ni la basura que debiéramos reciclarla no lo hacemos, menos podríamos reciclar a aquellos que huelen peor que la basura.


Así son, se hacen llamar honorables o religiosos. Se comparan con las monarquías; maquiavélicas ellas, quienes se visten de hipocresía y obligan a
sus súbditos a hacerles reverencias a pesar que rara vez saludan cuando se les ve públicamente; pues pasan sin mirar a su Gente. Siendo esta una actitud de esclavitud en pleno Siglo 21. Tan sólo hay que anhelar que en el próximo siglo no ocurra lo mismo.


Así y todo, la genuina Naturaleza nos sigue brindando sus regocijantes
y decadentes temporadas. Demostrándonos que sigue siendo más fuerte que
nosotros, a pesar que la seguimos destruyendo… ¿por qué?... Soberbia humana y por ende pequeñez de nuestra permanente irracionalidad. 


Naturaleza que ha venido en este invierno a intranquilizarnos con su falta de lluvia y bajas temperaturas; sobre todo en los lugares campesinos.


Sufrimos todos, porque nos causa más de una dolencia corporal, la cual sí pasará.


Aunque siempre los más afectados son los Niños; no tan sólo por la
Naturaleza. Por eso debemos protegerlos para que tengan derecho a la salud y a la educación para que sean mejores personas que nosotros cuando sean adultos.


Por ello, marginemos para siempre a los pedófilos y a quienes los protegen para que no le hagan más daño de por vida a los niños.


¡Salvemos a los Niños de estas atrocidades! Ellos, cuando sean
adultos, nos agradecerán por haberlos protegidos de estos ruines personajes.
¡Qué vivan los Niños! ¡Pero qué vivan con Dignidad!


(Esta prosa la escribí el día sábado 21 de julio de 2007. A las 11:55 hora. Mañana fría. Llueve pausadamente. Pero ¡estoy contenta! no sólo por haber escrito esta prosa, sino porque un Picaflor viene a visitar el dasmé del jardín.




Nuestra Pobreza Intelectual


Abruptamente, una vez más, hemos demostrado y tristemente nos han demostrado que seguimos siendo habitantes de un país del tercer mundo; aunque no queramos aceptarlo por nuestra indolente soberbia.


Quizás, no debería analizar tanto, para así sacudirnos nuestras endémicas culpas o nuestro heredado estigma indígena español. Si aquellos, aunque históricamente nos han dado cátedras de derechos humanos, nos seguirán tratando con la misma discriminación del tiempo de la Conquista. 


A pesar que para caerles en gracia a ellos nos comparamos con su desarrollo económico; aunque en nuestra existencia, sigamos hablando de cuántas mediaguas o viviendas sociales hay que seguir construyendo para las Personas que aún viven en los campamentos a lo largo y ancho de nuestro país.


Así y todo y sin decoro, nos envalentonamos cuando vamos más
allá de nuestras fronteras para que nos reciban como si fuéramos unos monarcas. Sin pensar, que esta irreverente actitud, es a causa de nuestra pobreza intelectual.


Por lo anterior, no envalentonemos tanto a nuestros deportistas; sobre todo cuando son muy jóvenes aún, porque no tienen la capacidad de diferenciar los límites de sus actuaciones deportivas y personales cuando van a los distintos Campeonatos.


Lamentablemente, volvió a quedar demostrado en Venezuela y en Cánada. Aprendamos de estos indignos ejemplos por el bien de nuestros Jóvenes.


Quienes, con mucho esfuerzo, quieren salir de aquella marginación social que les afecta, pensando que a través del deporte lo pueden hacer. Ayudémosles, pero enseñémosles al mismo tiempo, que la realidad es distinta a la que por marketing se muestra en los Medios de Comunicación.


¡Felicito grandemente a la Selección sub. 20 por el Tercer Lugar en el Campeonato Mundial en Cañada! Y, sanamente, me siento muy Orgullosa de sus Integrantes. Pensando que muchos Niños, ya están soñando por querer estar en un Campeonato Mundial como ellos. Tan sólo anhelo que, no destruyamos sus sueños, por culpa de nuestra pobreza intelectual.


(Esta Prosa la escribí el día sábado 21 de julio de 2007. A las 17:22 hora. Hace frío. Pero estoy contenta por haber escrito esta Prosa).