Por Narcisa Lezano Barriga
Quizás Mari Trini puede o no tener razón al cantar ella “quien no escribió un poema huyendo de la soledad”. Esto es porque hay personas que escriben al poseer una innata inspiración. Esto lo he comprobado a través de los años al conocer a niños, a jóvenes y a adultos que lo hacen muy bien no sólo para participar en concursos literarios.
Por lo mismo, ha propósito de que se celebra el Día de la Poesía el 12 de Julio a causa del Natalicio de Pablo Neruda, insto fraternalmente a todos quienes escriben que lo sigan haciéndolo y a la vez publicando. De esta forma, iremos destruyendo a la abominable censura que sigue existiendo en los mal llamados demócratas.A través del connotado y por ende admirable escritor Luis Obreque de Angol.
Quien, aunque su labor como gendarme tiene poco tiempo para hacerlo, igual posee una prolija escritura que ha dado a conocer en sus libros, saludo afablemente y con mucho respeto y admiración a los escritores y poetas de la Región de la Araucanía.
Fehacientemente puedo testimoniar que el excelente poeta Nilson Rivera de Nacimiento es uno de los mejores declamadores que he conocido. Recordando sus emotivas declamaciones no puedo dejar a través de él de saludar afablemente y con mucho respeto y admiración a todos los escritores y poetas de la Región del Bio Bío.
Inspiración Fortuita
Caprichoso poema que nace en esta hora.
Tú tan sólo quieres escribir sobre la rosa.
Pero es su candorosa mirada que aflora.
Y es quien va abrumando a tu cantarina prosa.
¡Lloran los Gorriones!
¡Lloran!
Igual como la lluvia de junio
Los gorriones de mi patio.
Porque se le han cortado
El aromático durazno morado
Y el dulzor durazno de conserva.
¡Lloran!
Porque aquéllos,
No entendieron que los gorriones,
En medio del ramaje de los duraznos,
Con su airoso trinar,
Nos anunciaban que ya había amanecido
Y con sus oratorios cantares
Nos consolaban las cuitas del atardecer.
Y ¿Aquellas Bandadas?...
Un extrañable cántico de pájaros
Se escucha entre el sonar errático
En esta ciudad donde me encuentro.
Son unas bandadas que van huyendo
Hacia la fronteriza cordillera.
Mientras este veraniego sol
Ya ha arrancado de ella
Los velos de nieve que le quedaban.
Tras su candente desnudez,
Opaca se ve su omnipotente altura.
Y ¿aquellas bandadas,
Dónde se refrescarán de su intenso vuelo
Cuando lleguen a la cordillera?
Inconsolables tendrán que volver
A esta fantasma vida urbana.
Quien, con su habitual indiferencia,
Codifica su prepotente dominio
Sobre su naturaleza paisajista.
Construyendo tan sólo,
Sin armonía alguna,
Y con una incalculable frialdad
Sus altivos bosques habitacionales.
Y esta noche y los futuros días
¿Dónde anidarán las distintas bandadas?...