Por Narcisa Lezano Barriga
La tarde de mi país llamado Chile aún no ha partido a dormirse tras los álamos. Quienes nos alegran las miradas con el flamear de sus jóvenes hojas verdes. Esta casi misma tarde se está viviendo en toda Sudamérica. En países más distantes ya están en medianoche o ya ha comenzado un nuevo día. Pero los distintos horarios no cambian el compartir los hechos que se viven en nuestro llamado mundo. Aunque cada país tiene o debe vivir su propia identidad. Pues, a pesar que seamos similares en varios hechos o cosas no nos da el derecho de adentrarnos a sus vidas y a obligarlos a tener nuestras costumbres.