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martes, 12 de junio de 2012

Cumpliendo 29 Años de Publicación Literaria

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Al cumplir 29 años de publicación literaria en este mes de junio he ido al rescate de una de mis prosas que escribí hace cinco años. El cual dediqué a la poetisa Eliana Godoy. A través de ella expreso mi infinita gratitud a todos quienes han acogido mi quehacer literario. Especialmente a los medios de comunicación
que lo han publicado.


Sin su difusión no hubiese encontrado tanta acogida por parte de los lectores y oyentes. Pues, el reconocimiento que más me emociona, es cuando a través de mi familia o personalmente expresan su agrado y por ende su fiel apoyo a mis publicaciones. Lo que fortalece a mis creaciones literarias para así seguir publicándolas.


Tanto la poetisa Eliana Godoy, como muchos otros intelectuales que acogieron ha comienzo de la década de los ochenta mi quehacer literario no se imaginaron ni alcanzaron a conocer el Internet. Donde cada día van apareciendo nuevas páginas literarias o medios de comunicación, quienes muchos de ellos me han invitado a publicar mis escritos. Estoy cierta sí que ellos se alegrarán de estos nuevos logros literarios.



Alegorías de Añoranzas en Favor de la Poetiza Eliana Godoy


Lo seguiré diciendo siempre que, nunca creeré en aquellas palabras que tan sólo las usan aquellos oportunistas y por ende ambiciosos por llegar al poder.


Hablan muy mal y así tienen el descaro de hablar públicamente. Da lástima escucharlos, pues se nota que nunca han leído un libro y están tan cegados por el poder que no les permite ver más allá de su egocentrismo partidista. Son un mal ejemplo para la ciudadanía, quien se merece que hablen por ella como unos
inteligentes oradores y no sólo que balbuceen con ese pésimo lenguaje que utilizan para atacar a sus oponentes. ¿Entonces, porqué creer en lo que dicen? Si ellos mismos, por conveniencia, se contradicen a cada paso que dan. Por eso, qué podemos esperar de aquellos medios de comunicación, donde se ha distorsionado violentamente a nuestro lenguaje. Si quienes deberían cuidarlo, enriquecerlo y proyectarlo a la ciudadanía son los primeros que, lamentablemente, lo han destruido.


Por lo dicho anteriormente, qué mejor escribir estas Alegorías de Añoranzas en favor de la poetisa Eliana Godoy. Nacida en San Pedro de la Paz y con residencia en Talcahuano y quien, en el último día del año 2006, decidió irse a escribir sus Haikus; como llamaba a sus poemas, que en estos últimos años eran
publicados en la revista Safo, más allá de nuestro horizonte universal.


Ella en vida, abrió puertas a una buena cantidad de poetas emergentes y nos ayudó que sus entradas a ellas no fueran con muchos obstáculos. Corregía nuestros errores literarios, nos felicitaba cuando mejoraba nuestra escritura. Incluso nos premiaba a través de su revista literaria “Luz Verde” y nos daba a conocer en otros medios literarios o en Antologías. 


La conocí a través del poeta de Tomé Arce Ruby ha mediado de la década del ochenta. Él me dijo “Escríbele porque se parece a ti”. Con el tiempo me enteré que tenía cierta invalidez a causa de un accidente de tránsito en su juventud. Por lo mismo vivía retirada y no asistía a actividades públicas. Pero era muy conocida y respetada a nivel latinoamericano en el medio literario.


De ella guardo bastante correspondencia y muchos de sus libros. Varias veces hablamos por teléfono, porque se preocupaba cuando escuchaba que aquí en Nacimiento ocurrían incendios forestales o inundaciones. Me decía: “Por mi edad, puedo ser tu abuela”, “Cuando estés triste acuérdate de los aplausos que te brindan cuando lees tus poemas”, “No tengas miedo en dar a conocer tu Labor Literaria porque tú tienes carácter para escribir y anota todas las actividades literarias que realizas y publícalas”…


De igual forma, en su debido tiempo, le Agradecí todo este Fraternal Apoyo que me dio desde que la conocí. Por lo mismo, no podía dejar de hacer esta Alocución; Dedicada a Ella con el nombre que le puse a cinco de mis poemas breves y que los publicó en su revista Luz Verde. Además mis prosas que
premió en el año 1994, como lo fueron Crónicas Para Tus Viernes y Tregua; aún guardo el Diploma que me envió. Más, cuando publiqué mi Poemario dedicado a Angol, ella me regaló su publicación porque había conocido esta ciudad y le había encantado su Plaza de Armas. También Prologó mi Poemario “Pinceladas De Los Tiempos”.

Alegoría 1

Me hiciste sentir
Como la más bella flor.
Sabiendo que yo
Más parecía una flor silvestre.
Me iluminaste
Con colores y aromas de amistad.
Me creí hermosa
De alma y sentimientos.
Pero llegó el día
En que de golpe cortaste
El tallo de mi existencia.
Dejaste árido el espíritu,
Olvidando entregarme
El rocío de tus mañanas
Y el abrigo de tus noches.

Alegoría 2

Eran
Los nacientes días de noviembre
De mil novecientos noventa.
Me comparaste
Con lo más noble y humano

Que habías tenido
Y que te dio la vida.
Al oírte, lloré impresionada
Por la gratificante comparación
De tu halago.
Pero, dime:
¿De qué sirvió todo eso?...
Si has cerrado tu existir
Con la más temible severidad
Que niega toda explicación humana
A quien, en la distancia,
Trató de ser parte de tu vida.
Te di lo más sublime
De mi rebelde vida.

Alegoría 3

Está presente
La luna menguante;
No la he visto aún.
Se parece
A tu existencia.
Pues sé que existe
Pero no te veo.
¡Cómo quisiera llegar
Al volcán que diviso
Desde aquí!
Ascenderlo
Y así, por fin, poderte ver.
Entonces, mis pensamientos,
Encontrarían la paz
¡Qué tanta falta les hace!.

Alegoría 4

Tu océano impetuoso;
Igual que tu espíritu,
No quiso traerme
Los relatos de tu existencia.
Mientras te lleva
Acontecimientos
De otras vidas,
Las que vas
Arrullando ahora.

Alegoría 5

¿De quién te escondes?...
¿A quién le temes?...
¿Qué ha pasado con tu vida?...
¡Por favor, no temas,
Confía en mí!
Sabré comprenderte
Y te aceptaré,
Aunque en ti,
Sólo quede una débil huella
De lo que fue
Tu gloriosa vida.
Por todo ello, debes saber
Que en mi solitaria
Tierra del sur
Te estaré esperando
Con mi libre y rebelde espíritu.
El ¡sí! Estará colmado
Del agradecido humanismo,
Que siempre sentiré por ti.


1º Crónica Poética para tus Dos Viernes


Se marchó en un Viernes; pero no de Semana Santa. Te dolió sí igual
como si estuvieras clavado en la Cruz.
Pues, su obligado silencio y su testarudo olvido, te dejó una enfermiza
nostalgia que te clavaba el alma igual una agudiza espina.
Pero también, ante ti, el tiempo seguía andando con rapidez. Pues pasaron
dos veranos, dejando sus acostumbrados resecamientos en el paisaje y nuevas semblanzas vacacionales en los recuerdos de los hombres.
Pasaron igual, dos otoños, desgarrando como siempre, todo lo habido en el
paisaje y sembraron añejas melancolías en los pensamientos de los hombres.
Pasó una primavera y sembró de buenaventura a la mojada tierra y
rejuveneció las vivencias de los hombres.
Finalmente pasaron casi dos inviernos, humedeciendo el paisaje y ahogando las quejas de los hombres.
Y, para no creerlo, cuando también era un viernes, apareció de golpe igual como un destructor meteorito. Pues hizo arder a tus plegadas sienes; donde
guardabas sus promesas no cumplidas.
Y tú te preguntas ¿para qué ha vuelto, si ya le estabas olvidando?...


2º Crónica para tu Tercer Viernes


Así como se había marchado en un Viernes de Enero y había regresado
en un Viernes de Agosto, así también se volvió a marchar en un Viernes de
Septiembre.
Fue cuando la primavera, precozmente, venía floreciendo en tu sureño
paisaje. Pero su inconstante ausencia y su austera indiferencia, era como si
vivieras en imperecedero invierno. Pues, tus castañas pupilas, parecían que
estaban inundadas por intensos aguaceros.
Ahora tú piensas, que si volviera nuevamente en un viernes cualquiera,
para descansar entre tus brazos de su tanto ir y volver, sin saber porqué lo hace.
Tú le acogerías, igual como si a través del tiempo, te hubiera amado más de lo razonable.
Aunque esto último, sólo sea, como aquellos sueños de un poeta dormido…


Tregua


¡Ni por Dios se te ocurra traspasar la línea de fuego que hemos marcado! Si
lo haces ¡te atacaré sin previo aviso!
No te olvides que estamos en tregua. Ello no significa que estemos en paz.
Como dicen las personalidades públicas ”los hechos circunstanciales” nos
dan el irreverente derecho de traspasar las ajenas fronteras; no tan sólo físicas. A pesar del alevoso daño que estamos cometiendo.
Pues al hacerlo…directamente vamos a destruir a las dignidades humanas,
con las tácticas más crueles que vayan naciendo en nuestras mentes criminales.
Mientras tú y yo estamos al acecho, nos vamos preguntando ¿dónde están
quiénes nos inducen a destruirnos?...Para qué nos preguntamos.
Si sabemos que se encuentran Muy Protegidos en sus bunkers, negociando
nuestras inseguras vidas futuras. Según el pedazo de tierra con que nos
quedemos cada uno.
¡Qué a ellos los salven sus guardias de seguridad de la miserable guerra! No
nos cabe duda que así será, pues ellos divisan la guerra a la distancia o sólo ven sus aberrantes consecuencias a través de los medios de comunicación.
¡Y que Dios nos salve de la maldición de estar en medio de la degradante
guerra! Donde con rabia apretamos un decisivo gatillo: Yo en tu contra – Tú en mi contra – Ambos en contra de los demás.
Así continúa la historia. Soñando quizás, en apretar mejor con suavidad las
manos de los niños y jóvenes para guiarlos por el camino de otro futuro; menos decadente que el actual.
Mientras que aquéllos en sus bunkers, no sólo de noche, siguen soñando con
sus mentes sin conciencia humana. ¡Qué vergüenza, Dios mío!
¡Ah! No te olvides, que seguimos estando en tregua! Y ¡no sé te ocurra
romperla! Pero dime ¿hasta cuándo seguiremos en tregua?. Pues, yo ya estoy
muy cansado de ella y muchísimo más estoy cansado de todas las miserables
guerras que hay en el mundo y de todo aquello que nos va dañando y dejando
traumas para todos los días de nuestra vida.


(Dedicada esta prosa, especialmente, a quienes van a la guerra sin quererlo y
también a los periodistas de guerra por lo que nos entregan en información. Esta
prosa la escribí el día jueves 10 de febrero de 1994, aunque después le he hecho
algunas correcciones).


Reiterando mis Alegorías de Añoranzas ante la partida física de la poetisa
Eliana Godoy. Pues sé que su Solidario Espíritu nos seguirá acompañando
e instándonos a seguir por el Camino Literario aunque encontremos en ellos
variados obstáculos. Me siento emocionada y contenta de haberlas escrito.