Por Narcisa Lezano Barriga
Varias celebraciones importantes hay en el mes de agosto, pero ninguna más importante como el Día del Niño. Y, por su relevancia, deberíamos celebrarla durante todo el año. Pues, como varias veces lo he comentado antes que, su imborrable huella es la que marca la existencia cuando somos adultos.
He tenido el profundo agrado de conocer a personas y a instituciones que se dedican a que los niños en situación familiar o social vulnerable se les permitan vivir igual como los demás niños. Hacen un tremendo esfuerzo a que toda esa afectiva dedicación que ellos les brindan a los niños se haga de verdad realidad.
Aunque sabe ha repetitivo, pero antes tantas noticias negativas en contra de los niños, vuelvo a contar que fui testigo del nacimiento de las Aldeas SOS de Angol. Lo que siempre ha enorgullecido a los angolinos por su creación y por ello su importante apoyo social que ha significado para muchos niños. Me sentí muy contenta y emocionada cuando una vez me contaron que en ellas trabajó con mucha vocación quien fuera mi compañera de curso la recordada Mónica Araneda. Al recordar cómo era Mónica cuando era niña, nos damos cuenta que desde entonces ya tenía una gran vocación social hacia los niños.
En Nacimiento, hay instituciones como Por Amor A Los Niños y El Hogar De Cristo que también están cumpliendo un rol fundamental en el desarrollo de los niños nacimentanos. Lo digo porque he visto sus positivos resultados y por ello nos alegramos muchísimo. Por lo mismo, la comunidad nacimentana, ha entendido la importancia de dichas instituciones y por eso siempre las están apoyando.
Con mucha admiración no puedo dejar de mencionar a los profesores de Enseñanza Diferencial. Entre ellos la profesora María Helena Muñoz de la Escuela El Saber de Nacimiento. He visto sus importantes resultados porque dichos profesores ven en los niños más sus capacidades a desarrollar que sus discapacidades físicas, intelectuales o sensoriales. Permitiéndoles así integrarse sin miramientos a la comunidad junto a sus familias. Quienes son las más agradecidas y contentas por lo que han logrado sus hijos.
Tampoco puedo dejar de mencionar a la profesora de Lenguaje María Millar del Liceo de Nacimiento. Ella ha sido un ejemplo a seguir por sus demás colegas a causa que instó a sus alumnos a participar en los debates organizados por la Universidad Santos Tomás de Los Ángeles. Tal fue su dedicación hacia sus alumnos que permitió que ellos ganaran dicho debate.
Como igual me cabe mencionar a la profesora de Lenguaje María Fabiola Riquelme del Colegio Padre Hurtado de Los Ángeles. Quien llama a sus alumnos “mis niños” y a quienes les enseñó que no tenían que sentir miedo ante el quehacer literario. Dicho resultado se ha visto coronado porque ellos ya llevan ganado varios Concursos Literarios.
¡Qué vivan los niños! ¡No al trabajo infantil! Por eso los saludamos como mucho cariño no sólo en su día. Y porque son un satisfactorio ejemplo ante quienes los dañan, tanto a los profesores como aquellos ciudadanos que dan todo de sí a los niños, los insto a que sigan haciendo su maravillosa labor educativa y social. Ambas siempre van unidas. Como también se lo he dicho a ellos(as) que, la mayoría de esos niños, se van a sentir muy agradecidos cuando sean adultos por haber permitido que, ante todo, fueran niños con todos sus derechos y deberes.