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lunes, 21 de noviembre de 2011

Nuestra Bondadosa Sensación

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Por Narcisa Lezano Barriga



Aunque se estén siempre escuchando quejas que en los centros comerciales y en las calles céntricas de las ciudades no se respetan los estacionamientos para personas discapacitadas y tampoco los ascensores para público, cada vez que se acerca la Teletón hay una sensación en el país de que nos ponemos más bondadosos y por ende más caritativos ante los demás. Nos acordamos de las leyes que nos favorecen a las personas discapacitadas que no se han respetados durante todo el año.

Reportajes en los canales de televisión que nos hace quedar impactados de cómo viven muchas personas discapacitadas. Aunque a más de alguno le puede parecer que hay periodistas que caen en la morbosidad, pero han servido para que las autoridades se den cuenta que estos compatriotas también merecen cierta atención y por lo mismo que vayan a darle solución a esta grave problemática social. La cual no debería existir en Chile, al considerar que vivimos en un país que se hace llamar solidario.

Pasa la Teletón y todo sigue igual. A pesar de todo lo que ella maravillosamente nos demuestra en el avance de la rehabilitación y de la integración de los niños y de jóvenes junto a sus familias.

Como siempre lo he sostenido, las leyes son muy importantes, pero más importante es tener siempre una actitud generosa ante cosas tan simples que hacer antes las personas discapacitadas. Las municipalidades no han cumplido su rol de hacer respetar que las calles, las oficinas y lugares públicos sean actos para las personas que usamos sillas de ruedas o bastones. Una ley que debía hacerse cumplir desde el mes de diciembre de 2001 aún no se cumple en muchas ciudades de nuestro país y hay calles que no son accesibles y otras que tan sólo le ponen un poco de cemento o los accesos son muy parados lo que nos causa abruptas caídas.

Hay edificios públicos como las propias municipalidades, gobernaciones e intendencias que tan sólo podemos llegar al primer piso. Siendo oficinas tan importantes para los ciudadanos en general ni siquiera cuenta con un ascensor automático para subir a los demás pisos donde tenemos que ir hacer nuestros trámites.

Lo mismo ocurre en las diferentes elecciones. Después que nos restituyeron el derecho a votar; negado por tantos años y donde en las campañas políticas “somos tan importantes” para los candidatos, pero en los colegios donde tenemos que ir a votar las mesas están puestas en el segundo piso. Aunque, felizmente, nos encontramos con personas solidarias que nos ayudan a subir, históricamente, “nuestras autoridades” no se han preocupados de contar con un ascensor automático.

En este aspecto de integración no vamos a la par con la tecnología de la que hablamos a diario y donde los políticos, sin consideración alguna, son los primero en quererla usar como lo hemos visto en desmedro de otras importantes necesidades sociales de los chilenos.

Al ser ellos las principales autoridades de cada comuna, los alcaldes y los concejales, son los primeros en ser llamados a cumplir con nuestra integración social y no sólo en sus campañas cuando están de candidatos de usarnos como escudos en medio de sus ambiguas discusiones.

Anhelamos que prontamente dicha integración sea más optimista, principalmente en la parte laboral, la cual es una necesidad urgente para las personas discapacitadas y sus familias. Pues, como varias veces lo he comentado, los profesores de educación diferencial están plenamente cumpliendo con su rol de integración con los niños y jóvenes. Demostrando que ellos tienen mucho más que dar a través de sus variadas capacidades.

Por todo ello, vaya nuestro saludo fraternal, nuestra admiración y nuestra gratitud para nuestras familias, para todas aquellas personas, agrupaciones, instituciones y medios de comunicación que continuamente están luchando con mucho cariño y por ende con mucho ahínco por una integración más plena de nosotras, las personas con alguna discapacidad.