Sendos triunfos ante bolivianos y venezolanos, dejaron a Chile, en una expectante posición, con miras a lo que se viene en las clasificatorias a Sudáfrica 2010.
Para los aun incrédulos, ante el trabajo de Marcelo Bielsa en la “roja”. Este, fue un empujón grande de confianza, y por que no, un gran tapabocas para los ignorantes que se atrevían a siquiera cuestionar la capacidad del mejor y mas sabio personaje o técnico que haya visto nacer Latinoamérica.
Al periodismo por su parte, en una semana, luego de sembrar cizaña e incertidumbre acerca del desenlace de estos dos partidos, lo vimos subirse al carro de la victoria, argumentando, ahora si, los grandes cambios, futbol vistoso y la personalidad del equipo chileno, impulsados desde la banca, por supuesto.
Momento. Ante este tipo de cavilaciones, cabe la pregunta de ¿Cuál es el o los reales cambios que se produjeron, desde la llegada de Bielsa? ¿Cuales fueron los argumentos para que en esta ultima semana, tantos se dieran vuelta la chaqueta?
Para el loco, y como el mismo dijese, no ha visto grandes adelantos, es mas: “desde el primer partido ante Suiza el año pasado, hasta este ultimo (ante Bolivia), no he visto grandes diferencias o mejoras en el funcionamiento del equipo”. Plop, por decirlo menos.
El hincha chileno común, en cambio, acostumbrados mas que a un futbol, a una actitud de juego algo lánguida. Solo con las ganas y la convicción demostrada dentro de la cancha, les bastó para sentirse satisfechos con un equipo que “las corre todas”. Los más futbolizados distinguirán en cambio, la notable producción de goles con pelota detenida. Otros más minuciosos, percibirán la interesante polifuncionalidad alcanzada y el aumento casi explosivo de los “seleccionables”, muchos de los cuales solo eran utilizados para llenar las bancas los fines de semana. Todos argumentos muy valederos.
Soy de los que creen que solo la llegada del argentino, ya es algo extraordinario; y que además fue un cuevazo, que no se si se volverá a repetir en la historia de nuestro futbol, contar con un “huevon” tan capacitado y trabajador como este… Nosotros, acostumbrados a funcionar siempre al ritmo de una “Citrola”, nos pillamos de rompe y raja, con un motor de Mercedes Benz; es inevitable, nada puede seguir siendo igual.
A grandes rasgos, creo que a nivel de juego, más que cualquier otra cosa, el gran cambio deriva en las rápidas recuperaciones de pelota. Aquí no me refiero a la tenencia del balón, que por momentos sigue siendo escasa, sino al veloz paso de una fase defensiva a una ofensiva. Situación que se busca repetir casi intencionadamente en este nuevo planteo. Es cierto que la fases ofensivas siguen siendo cortas en tiempo. Pero a Chile se le ha visto muy cómodo en este papel contragolpeador: recuperando excesivamente y lo mas rápido posible balones, para salir en un ataque en velocidad, casi a priori; en desmedro de una tenencia excesiva. Por un lado, al rival no se le deja “armar” con el asfixiante pressing, y por otro lado, se sale con mucha verticalidad. La táctica fija (jugadas a balón parado), producto de casi en el 70% de los goles que Chile ha marcado, la preparación física, la movilidad (no esta permitido estar parado) y la actitud le siguen dando la razón al rosarino.
Se vienen partidos de local, y ante dos seguros mundialistas, Brasil y Colombia, donde habrá que sumar aun más elementos positivos, para seguir consolidando la idea de juego.
No se puede decir que estamos igual.
"..Yo soy un obsesivo del ataque. Yo miro videos para atacar, no para defender. ¿Saben cuál es mi trabajo defensivo? `Corremos todos´. El trabajo de recuperación tiene 5 o 6 pautas y chau, se llega al límite. El fútbol ofensivo es infinito, interminable. Por eso es más fácil defender que crear. Correr es una decisión de la voluntad, crear necesita del indispensable requisito del talento.." ( M.B.)
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