Debe ser desde los tiempos de Menotti (1978) que la AFA (Asociación de Futbol Argentino) seleccionaba como a su último rival pre-mundialista a la selección de Israel, que como cual caballito de batalla casi siempre dejaba contento a la parcialidad y al periodismo que expectante se terminaba de convencer de las grandes posibilidades de campeonar que tenia la albiceleste. …Lo que sucedía en el mundial es otro cuento…
Tal y cual, el amistoso de hoy contra Israel suponía la reivindicación de los valores “extranjeros” dentro de un equipo que tras muchos dimes y diretes, seguramente debieran haberse afianzado en cuanto a individualidades y personalidad dentro del campo. En desmedro de la gente que no pudo asistir por las estupidas presiones ejercidas hacia el trabajo del Loco.
Más allá del resultado, y del real nivel presentado por el rival de turno, lo preocupante radica en la escasa compenetración que han logrado luego de ya varios meses de trabajo, que aunque parcelado, debieran mostrar varios de los jugadores presentes hoy en Tel Aviv.
De lo nuevo, malo, bueno que pueden ser las metodologías de Bielsa, lo cierto es que no se ha logrado plasmar en los resultados, la mejora de importantes aspectos que si se han corregido como la dinámica, el transito rápido y directo de defensa a ataque, el volumen ofensivo, la amplitud (juego a lo ancho) y en menor medida la profundidad.
Hoy claro que hubo deudas, lo colectivo no funciono, ni menos se evidencia una confianza hacia lo que esta haciendo, aun noto cierto resquemor hacia lo que plantea el entrenador, y es normal por el escaso tiempo de preparación que se tiene. No es excusa, todos lo padecen, pero influye en sistemas como el que ocupa Bielsa, de repeticiones, de esquematizaciones, de búsqueda de momentos anormales a lo que el común de los entrenadores pide. A lo mejor sistemas como el de Acosta o Borghi, mas basados en la libertad e improvisación que otra cosa (lo que no descalifico) seguramente saldrían mucho mas airosos en este tipo de partidos “flashes”. Pero todo quedaría ahí, junto con el pitazo final.
A Bielsa se le trajo justamente para lo contrario. Para no hacer lo mismo. Para tratar de crear una identidad, para ganar en personalidad, para dejar de depender de la improvisación, y dejar el “apichangamiento” de lado.
Lentamente (hoy menos que en los partidos anteriores) veo plasmados conceptos de futbolistas trabajados y organizados en función de una IDEA DE JUEGO, buscando plasmar características demasiado interesantes, para un medio tan rancio como el nuestro.
Paciencia, paciencia, que lo mejor está por venir.
Tal y cual, el amistoso de hoy contra Israel suponía la reivindicación de los valores “extranjeros” dentro de un equipo que tras muchos dimes y diretes, seguramente debieran haberse afianzado en cuanto a individualidades y personalidad dentro del campo. En desmedro de la gente que no pudo asistir por las estupidas presiones ejercidas hacia el trabajo del Loco.
Más allá del resultado, y del real nivel presentado por el rival de turno, lo preocupante radica en la escasa compenetración que han logrado luego de ya varios meses de trabajo, que aunque parcelado, debieran mostrar varios de los jugadores presentes hoy en Tel Aviv.
De lo nuevo, malo, bueno que pueden ser las metodologías de Bielsa, lo cierto es que no se ha logrado plasmar en los resultados, la mejora de importantes aspectos que si se han corregido como la dinámica, el transito rápido y directo de defensa a ataque, el volumen ofensivo, la amplitud (juego a lo ancho) y en menor medida la profundidad.
Hoy claro que hubo deudas, lo colectivo no funciono, ni menos se evidencia una confianza hacia lo que esta haciendo, aun noto cierto resquemor hacia lo que plantea el entrenador, y es normal por el escaso tiempo de preparación que se tiene. No es excusa, todos lo padecen, pero influye en sistemas como el que ocupa Bielsa, de repeticiones, de esquematizaciones, de búsqueda de momentos anormales a lo que el común de los entrenadores pide. A lo mejor sistemas como el de Acosta o Borghi, mas basados en la libertad e improvisación que otra cosa (lo que no descalifico) seguramente saldrían mucho mas airosos en este tipo de partidos “flashes”. Pero todo quedaría ahí, junto con el pitazo final.
A Bielsa se le trajo justamente para lo contrario. Para no hacer lo mismo. Para tratar de crear una identidad, para ganar en personalidad, para dejar de depender de la improvisación, y dejar el “apichangamiento” de lado.
Lentamente (hoy menos que en los partidos anteriores) veo plasmados conceptos de futbolistas trabajados y organizados en función de una IDEA DE JUEGO, buscando plasmar características demasiado interesantes, para un medio tan rancio como el nuestro.
Paciencia, paciencia, que lo mejor está por venir.
2 comentarios:
Alcanzará la paciencia..?
algunos.. ya píden al renunciado Borghi.. (?)
Hasta antes del Chile-Paraguay yo creía en Bielsa como casi en nadie. Ahora soy más escéptico. Si sobrevive este año (a la torpeza de la prensa, que es similar a la "torpeza natural", algo cobarde y oportunista del hincha), será la revelación esperada.
Vamos que se puede.-
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