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sábado, 29 de marzo de 2008

El futbol feliz…

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… Cantatore, Morena, Prieto, Benítez, Pizarro, Dabrowsky, Espina, hasta que llego Claudio Borghi. Marcan un antes y un después en Colo Colo.

Desde la irrupción del extraordinario Mirko Jozic, que Colo Colo venia deambulando por una cierta mediocridad y discrepancia a lo que suponen los anales que representan al club popular.

De la gloriosa Copa Libertadores del 91, se hicieron buenas campañas, se lograron títulos, llegaron algunos grandes jugadores, se fueron otros, se robó… pero alcanzo para seguir siendo el club más importante del futbol chileno.

Esta etapa se marcó por una cierta oscuridad y de alguna manera se acostumbro al hincha colocolino a conformarse con un futbol deslucido, carente de protagonismo y asentado mas que todo en la garra popular. Todos nos conformamos, compramos la pomada del espíritu guerrero, del esfuerzo, de la voluntad y energía que nos representa como pueblo. Nos mal acostumbraron a ganar con esfuerzo, al fútbol sufrido, a que la marraqueta mas crujiente y el te mas dulce del día lunes, debía ser ganado con sangre sudor y lagrimas.
Nada de mal si se trataba del club que nos representa como pueblo y a nuestros ancestros araucanos. Nada de mal, pero algo fastidioso al fin.

Nos conformamos con muy poco. Solo hay que recordar que lo mejor que se hizo en estos 15 años fueron las campañas de Gustavo Benítez. Si, el mismo, el ultradefensivo técnico paraguayo.

Con la llegada de Claudio Borghi, todo cambio, y tal como el, nos relajamos. Ya no vimos los partidos con los dientes apretados. Jugamos el juego, nos divertimos y más encima ganamos.

A su llegada el mismo se refirió, a que si en este ultimo tiempo no se ganó nada jugando defensivamente, se trataría con lo contrario, con el juego ofensivo; y así le fue, volvió el futbol feliz, el futbol relajado y abierto, el futbol de improvisación pero bien jugado, el futbol jugado con gusto, el futbol como en el barrio.

La gran virtud del Bichi no radica en ser un genio de la táctica, ni en la rigidez de sus ideas, sino todo lo contrario, la soltura y la comodidad del jugador ante todo, la naturalidad y espontaneidad dentro del juego fueron las reglas básicas de su librito. Astuto más que estudioso, logro darle el impulso que les faltó siempre a nuestras jóvenes promesas. Valdivia, Fernández, Suazo, Vidal, Fierro, Sanhueza, Riffo por nombrar a los emblemáticos, pasaron de ser interesantes proyectos a jugadores de primer nivel. Nunca explotaron tantos buenos jugadores jóvenes en tan corto tiempo. Y este es merito solo de el. Y difícil de encontrar en otro técnico.

Si hubiese seguido, no me cabe duda del poder institucional que habría logrado Colo Colo por la venta de jugadores. Es un técnico exportador de jugadores por excelencia. Y no se si los directivos alcanzaron a calibrar este ítem.

Viendo esta ultima incursión en la libertadores, me termine de convencer que aun le quedaba algo por hacer, y que aun no había tocado techo como pensé alguna vez. Con muy poco hace mucho. Pero su salida ya es oficial. Seguramente tendrá su segunda parte, no revancha, por que lo hizo mejor que todos en Colo Colo.

Platko, Álamos, Jozic, y ahora Claudio Borghi.
Verdaderas leyendas...

PD: para mi, Fernando Vergara es el mejor candidato para sucederlo.

2 comentarios:

LUIS MARÍN dijo...

un técnico es, antes que los aspectos técnicos (Valdano debe saber más de fútbol que Bonvallet, por dar un ejemplo), esa suerte de empatía, de fuerza, de intuición, de estrategia y de cueva (Acosta, Santibáñez, etc)que yo llamaría ENERGÍA.

Cada técnico es una ENERGÍA especial, y Borghi tenía eso: era como salir a jugar contra 11 más 1.
Su ENERGÍA era única. Demasiado para los indios.

Cuando Colo-Colo gane títulos de verdad (ganarle a equipos chilenos tiene bien poco mérito) los voy a felicitar como loco; por ahora, son el mejor equipo de un país cuyo fútbol es una confusión y un trauma.

xristhian dijo...

Ojalá no llegue Garcés.. no me imagino al Kalule con terno..

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